Acabo de regresar de Estados Unidos y hay miedo. Miedo a verte a los ojos. Miedo del extranjero. Pero también hay lujo. Y con eso se aplaca todo, aunque te traten con la punta del pie. Basta sacar los dólares y hablar en inglés. Ahí ya cambia la cosa. Dicen “mira, este latino que parece árabe no es tan diferente como creemos. Come nuestras hamburguesas, toma nuestra cerveza. Hasta dice gracias”. Porque el lujo no tiene preferencia geográfica y eso lo saben muy bien por allá. Ejemplo: en el hotel en donde estuve había un sommelier de thés. Sí. De thés. Y no sólo eso. Después del thé te podia recomendar una trago de alcohol con… thé! Costo de la bebida: 12 dólares. Pero también hay gente interesante. Una de ellas es Melissa Ludtke, profesora de Harvard. Es importante porque gracias a ella ahora las mujeres periodistas pueden entrar a los vestidores de hombres después de un partido para hacer sus entrevistas. En EU, claro. No en México. Esta es la transcripc