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Mostrando entradas de febrero, 2011

Perfecto

¿Qué necesita pasar para darte cuenta de que la perfección no existe? En nada. No aquí, no en lo que haces, no en lo que aspiras. En nada. Una amiga solía exigir que todo el arte que hiciéramos fuera impoluto. Para ella, en su cabeza, sí que existía la perfección. Para mí no y eso provocaba peleas titánicas. “Ya está”, le decía. “Pero Edu, todavía se corta aquí. La luz no está bien acá. Lo tenemos que dejar perfecto”. (Resoplido mío) “Así como está, se ve bien. Se ve natural”. “No, Edu. Está mal. Si no lo quieres terminar tú, yo me quedo hasta dejarlo perfecto”. (Resoplido más fuerte) “La perfección no existe”, le dije. “Te mintió quien lo te lo dijo en la escuela”. “Lo sé, pero quiero acercarme a ella lo más que pueda”, respondió. “¿Por qué?” “Porque así soy”. Fin de la discusión. No he vuelto a levantar el tema, pero sigo creyendo lo mismo. La perfección no existe. Y si existiera, sería absolutamente insoportable. No hay manera de relac

Paleta

Pasa todos los días. Estás en una luz roja y vez cómo la gente acelera para pasar a como dé lugar el amarillo del semáforo. El ámbar dura mucho menos que el verde o el rojo, pero es cuando se va más rápido, se vive más intensamente por lo mismo: el momento dura sólo unos segundos. Dicen que mientras más cosas haces pasa más rápido el tiempo. A menor actividad, el tiempo languidece. Cuando hay cero actividad, el tiempo se arrastra. Algunas personas se espantan con esto y—aunque estén de vacaciones—encuentran algo que hacer: meterse a los aqua-aerobics, comenzar talleres artesanales que imparte la gente de los resorts playeros, ir de fiesta en fiesta para tener que arreglarse y sentir que están haciendo algo…la clave es no dejar que la mente desconecte. Otros, como yo, preferimos en el reposo no hacer nada y extender hasta el máximo cada segundo de la no-actividad durante las vacaciones. Esto es difícil. Hay que pelear con uno mismo y con los demás contra la ansiedad. Lleva años de práct

“Tomar es recreativo”

Algunas personas están obsesionadas con lo que otras personas toman. Curioso porque es un tema irrelevante a menos que sepas exactamente cómo se siente un bebedor compulsivo. Hay hipocresía cuando te tacho de briago sabiendo que todos estamos—todo el tiempo—a un paso del fondo de la botella. Es tan frágil la situación que da miedo. Un accidente aquí, un fracaso acá, un problema mal resuelto y directo a la copa. Por cierto que hoy, 13 de febrero, es día internacional del soltero. Muchos celebraran por su propia cuenta, ¡claro!, con una botella. Cuando no soportas estar ni contigo mismo es una amiga valiosa, caprichosa como todas, pero a fin de cuentas imparcial. El que trae los rollos eres tú y los vas a soltar poco a poco en su compañía. No es optativo. Yo siempre he preferido ver el asunto como algo que se hace en sociedad. Mejor empinar con alguien que te cae bien, o al menos que te hace olvidarte de ti mismo por un rato. Igual y hasta la otra persona