Nadie sabe cómo se arreglará finalmente una situación. La suerte está echada. La línea ha sido arrojada al mar, y lo que salga de ese submundo puede acabar destruyéndote a ti, a mí, o a los dos juntos. No lo sé yo, no lo sabes tú y definitivamente tampoco lo sabía un viejo inglés que supuestamente vivió 152 años. Su tumba está en la legendaria Abadía de Westminster. Se llamaba Thomas Parr , mejor conocido como Old Parr. Su secreto para la longevidad, según las crónicas de la época, fue basar su dieta en queso agrio, pan duro y leche. No se casó hasta los 80 años. A los 100 tuvo un affair con una mujer con quien engendró un hijo. A los 122 se volvió a casar. Su fama era tal en la vieja Inglaterra del siglo XV que el rey Carlos I lo mandó llamar a la Corte. Poco después de murió exhausto a causa del cambio de dieta y la presión de la corte. En su tumba se puede leer que vivió el reinado de 10 príncipes. Parr ha sido mencionado en la obras de Joyce, Twain, Dickens, Graves, Stoker