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Mostrando entradas de abril, 2014

El Miedo

No poder dormir. Ese es mi único miedo. Por eso gasto cada célula de energía todos los días y trato de llegar a la cama con la única intención de dejar atrás el día que fue. Sólo pensar en el futuro, lo que viene, lo inmaterial, hoy-es-sólo-un-recuerdo-yolo y siempre hay que tratar de ir a lo más, a lo siguiente para no recargarte en el pasado y así diluir no pensar en la insomnia.

Mediado

Exactamente en dónde acaban tus ideas y comienzan las que has visto, leído, escuchado en otros planos? Pienso en vasijas, muchas sin nada, algunas con agua que cae del techo, de tormentas mentales de grandes hombres que gotean poca agua hacia abajo y mientras más lejos está la vasija de la tormenta menos agua le cae, menos pura. Una tormenta de hierro. De hierro y agua. A veces mi cerebro es metal, inamovible, a veces se llena de nubes con agua buena, como ahora, que finalmente llueve después de 100 días de calor y sol y viento y todo lo que es seco. A veces las nubes son grises y llevan un baño de ideas, y caen y pegan y son frías y por un momento se siente bien, hasta que caen con más intensidad y la cascada se vuelve insoportable porque algunas ideas son mías pero muchas son de otros hombres y lo que queda al final es un torbellino de agua que ahora es de fuego.