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El martini y la hoz

Entre semana como en el restaurante Peces, cerca de Plaza Inn. La comida es eso, sólo comida. El servicio, una cuestión utilitaria. Pero el lugar—y esto es importante en esa zona—es bastante tranquilo, mucho más tranquilo que las miles fondas que hay alrededor. A las 3 de la tarde, una chica siempre toca el piano. Y siempre toca las mismas piezas clásicas o una que otra de películas hollywoodenses. Nadie le aplaude. Además, es el único lugar de la Ciudad en donde puedo acabar de comer, ponerme mi lentes de Sol y antes de salir a la calle gritarle a las meseras Marta o a Fabiola “¡ponlo en mi cuenta!. El menú cuesta 50 pesos.


El baño del restaurante tiene un letrero como ningún otro. De un lado, el hombre detiene una copa de martini. Del otro, una hoz, como si fuera a cegar el campo. Sólo que aquí no hay campo y tampoco venden martinis. El baño de mujeres tiene exactamente el mismo signo, pero la figura humana lleva una falda.


¿Qué significa el martini y la hoz? ¿De dónde viene? ¿Tiene que ver con la partición del tiempo laboral, medieval, cuando había que ir a trabajar al campo los seis días de la semana y descansar el día del señor? La figura carga la hoz en la mano derecha, su mano buena, la mano que le da de comer. Con la izquierda, lleva lo que hace para divertirse y es tan simple hacerlo que lo puede hacer con la zurda. La persona de la figura es maniquea. Sólo se da esas dos opciones. No tiene puntos intermedios. ¿O alguien ha visto alguna vez un campesino trabajar el campo con una copa martinera? Eso creía.


Así que busco en Google imágenes similares a la mía. El buscador me devuelve “Black Sand Beach”. De un restaurante en la ciudad a una playa de arena negra. La única relación que encuentro es que en la playa también tenemos esas dos opciones: el trabajo o la diversión. Descansar sobre una cama de piedra negra que después será arena negra, más como río que mar. O trabajar en el mar para comer y después volver a trabajar para descansar y después de descansar volver a trabajar y trabajar para empezar a descansar.


Algunos lo ven así. Supongo que lo ven así. De eso hablan cuando escucho sus conversaciones en la calle. Que si ya están muy cansados del trabajo y tienen que descansar, que no los dejaron tomar sus vacaciones. Dos nuevos caminos: ver el trabajo como una diversión o ver todo como un trabajo continuo para nunca tener que pensar en dos planos aparentemente opuestos y guardar todo el estrés en el medio.





Comentarios

  1. Peces me daba ganas del llorar http://columnas.ejecentral.com.mx/momentoscotidianos/2011/02/01/oficios-y-negocios/
    Pero ahora no me dan ganas de ir por su pésimo servicio. Aunque parece ser que es personal.

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