“Justo en donde estás pasa La Falla”, me dijo el fin de semana alguien que se dedica a la Arquitectura.
“Cuando construyeron el edificio famoso de enfrente le metieron miles de toneladas de cemento en la base para que no le afectara”.
Y lo bueno es que sigue ahí. Pero igual es curioso que por mi cuarto pasen las placas de Cocos y la Norteamericana. Y también está cerca la del Caribe. Todas se friccionan todo el día, todos los días, desde hace miles de millones de años.
Se duerme bien con masaje automático.
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