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Máster


Una cosa es que el bolero te lustre los zapatos y otras cosa es que te los PULA.

A eso se dedica el señor Arias, que todos los días instala su lugar de trabajo en Insurgentes Sur y un Banamex que está casi enfrente de Plaza Inn. Viene desde Chimalhuacán, tienes tres hijos (ninguno profesionista, se lamenta) y el método más original para lustrar zapatos que he visto en años.

“Sólo conozco a otro bolero que hace lo mismo”, dice. “Creo que está por avenida Juárez, en el Centro”.

¿Por qué empezó a usar un taladro con cepillo redondo para limpiar los zapatos de sus clientes? Es una cuestión práctica: al señor Arias le dolía la espalda al fina del día de bolear tanto zapato.

“Estoy aquí desde 1989. La espalda ya la traía destrozada”.

Su tarifa, 10 pesos. Esto es México.

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