La señora Chepina tiene su puesto a unas cuadras de una de las casas de mis abuelas.
Vende mandarina y ya. Su especialidad es vender fruta, tratar a la gente, y gritarle a su hijo para que atienda a otros clientes. Ah, y comprar letreros.
Como este de la foto. Es su estilo. Porque vender mandarinas es casi casi como un servicio a la comunidad. Es cool. Es rico. Es económico. Es Navideño.
Es la señora Chepina.
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