A veces me entra un poco de ansiedad. Este sentimiento tiene la magnifica capacidad de hacerme comer un cerdo, detener cualquier actividad productiva y, en general, provocar que mi sistema se paralice. La semana pasada descrubrí un gran remedio contra esta angustia que suele reptar de vez en cuando, en especial cuando se acerca mi cumpleaños. Desde hace 10 años mi auto ha tenido los faros nublados. He pagado para que decenes de wachacarros los limpien. Nada. He pagado para que los expertos de los servicios de encerado los limpien. Nada. Una vez hasta le pagué a un señor del estacionamiento de Walmart para que le aplicara su técnica maestra y los limpiara. El señor les echo una sustancia extraña y después comenzó a prenderle fuego a la sustancia. Las luces se empañaron de nuevo en 30 segundos. Pero la semana pasada vi un video de un gringo en YouTube que se dedica limpiar faros de auto con pasta de dientes. Pensé, qué diablos, vamos a tratar. Nada más ha servido, así que no