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El egoísmo y la mamá Facebookera (Egoism and the Facebook Mom)


How would you feel if I told you that since the day of your birth all your memories, your fears, your experiences have not been your own? They don't belong to you, but to hundreds of persons whom you've never met, that you'll probably never know, and yet know everything about your life. That, in a few words, is what's happening right now with millions of persons aged cero to twelve. The children of the world have lost their privacy to the egoism of the Facebook mom.

The problem is not if Facebook is cool or not (and everything indicates it's clearly not with teenagers between 14 and 18 due to the intense use of their parents), but one of basic human rights.This particular social platform hit the mainstream in 2007. Worst case scenario, millions of kids from zero to seven have been victims for seven years of parents that have saturated Facebook with thousands of photographs that ignore the right of those minors to live a life away from the public opinion. Or at least one where you can soil your diaper without letting it know to Yuan-Yi from Hong Kong, that friend of your cousin you friended during your last family reunion.


In my timeline, the great majority of these offenders are young mothers. Women aged 30-40 that use Facebook everyday and apparently during every hour of the day. I’ve lost my interest in Facebook for quite some time. I’m tired of being informed about the perfection everyone else is living in, but most of all, of the perfection of these people’s children. My question is, do the mothers of all these A-grade children know the enormous pressure they have laid on their kids? Are they interested at all if their children grow in a stress-free environment or are they Facebook moms to boast about their own maternal perfection?

And that’s just Facebook. There’s also Instagram and Vine, for example. Being a good mom means communicating by any means possible that motherhood es compatible with success in life. Your children have become the public crystallization of that achievement. 

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Cómo te sentirías si te dijera que desde el día de tu nacimiento todos tus recuerdos, tus miedos, y tus vivencias no han sido tuyos? No te pertenecen a ti, sino a cientos de personas que nunca has conocido, que probablemente nunca conozcas, pero que aún así saben todo de tu vida. Eso, en resumen, es lo que está pasando en este momento con millones de personas entre cero y 12 años. Los niños del mundo han dejado de tener privacidad a causa del egoísmo de su mamás Facebookeras.

El problema no es si Facebook es cool o no (y todo indica que no lo es entre adolescentes que tienen entre 14 y 18 años justamente por el intenso uso que le dan sus padres), sino una cuestión de derechos fundamentales. Esta red social despegó en el 2007. En el peor de los casos, millones de niños entre cero y 7 años de edad han sido víctimas por siete años de padres que han saturado esa red social de miles de fotografías que pasan por alto el derecho de esos menores de edad a tener una vida alejada del ojo público. O al menos una en donde puedes ensuciar un pañal sin que se enteré Yuan-Yi en Hong Kong, ese amigo del primo que conociste en tu última reunión familiar y que agregaste a FB durante la fiesta. 

En mi línea de tiempo, las principales ofensoras de este crimen son las madres jóvenes. Mujeres entre 30 y 40 años que usan Facebook todos los días y aparentemente a toda hora. Yo lo he dejado de usar desde hace un rato. Estoy cansado de enterarme de la perfección en la viven la enorme mayoría de las personas, pero sobre todo, de la perfección de los hijos de estas personas (algunas de ellas muy cercanas). La pregunta es, ¿sabrán las madres de estos hijos de diez la enorme presión que le han autoimpuesto a sus vástagos? ¿Les interesa que sus hijos crezcan sin estrés o lo hacen para relucir su propia perfección maternal? 

Y eso es sólo Facebook. A eso habría que sumar las mamás de Instagram y Vine, por ejemplo. Ser una buena mamá, hoy día, implica difundir por todos los canales posibles que la experiencia materna es compatible con el éxito en la vida. Los hijos, tus hijos, son la cristalización pública de ese logro. 

(Contenido y Contexto)



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