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La ciencia de la Historia según Manuel Payno

En este ensayo el académico de la UNAM Miguel Soto expone algunos de los principales lineamientos historiográficos en la obra del prolífico novelista, historiador y funcionario Manuel Payno y Flores (Ciudad de México, 1820-1894). Para Soto, quien califica a Payno de “liberal moderado”, un análisis de las ideas del conocido escritor de Los Bandidos de Río y Frío y El Fistol del Diablo debe reconocer su actuación incierta, a veces parcial, en algunos temas de relevancia pública. 

Pero más allá de su actuación ambivalente, Payno fue un pensador que sintetizó los debates interiores de aquellos hombres que vivieron en México durante el siglo XIX: ¿romper con el pasado mediante reformas radicales o permitir la evolución del mismo con un cambio gradual?

Para el autor de esas conocidas novelas costumbristas, la mayoría de las naciones tienden a pasar por una conquista, independencia y una reforma que establece, libera y modifica a sus instituciones.1 Esta es la visión de Payno durante las intensas luchas entre los gobiernos liberales y conservadores de la mitad del siglo XIX. 

Ahí, cuando en 1861 triunfa la causa liberal, Payno no duda en apoyar la desamortización de los bienes de la Iglesia, pero no por eso deja de lado sus creencias y su fe católica. El grupo que ha vencido, además, debe mostrar misericordia con los derrotados si el nuevo gobierno quiere encontrar la paz en la Reforma.2 

Las ideas plasmadas en Memorias sobre la revolución de diciembre de 1857 a enero de 1858 , publicado en 1860, ligan a la religión con la historia. Esto no es gratuito. Payno participó en el conflicto de Reforma y se le inculpó de traicionar los principios liberales y reformistas. Pero en el fondo, “las obras de Dios son admirables y nosotros, sin poder investigar ciertas causas reservadas a la sabiduría divina, no podemos hacer otra cosa que inclinar la cabeza y esperar con valor y con resignación los acontecimientos y azares de la vida”.3 

Es decir, tal como sucede con muchos otros hombres de su época que han sido etiquetados como liberales, vemos que Payno realmente comparte la tradición católica del país. Esa base, tal vez, hace que vea a la historia como una serie de ecos--no repeticiones--en los que el hombre pasa temporalmente y a veces encuentra coincidencias . Ese paso lleva una senda de progreso, pero el entendimiento final del trayecto es sólo comprensible para la divinidad.

En otro de sus escritos, México y el Sr. embajador don Joaquín Francisco Pacheco (1862), Payno omite que los Estados Unidos participaron a favor de la causa liberal en 1859. Aún en otro escrito, su Carta a Forey (1862), Payno reprueba la posibilidad de una incursión monárquica en México. Poco después, en 1865, trabajaría en el régimen de Maximiliano (que guardaba algunas ideas liberales) como edil del ayuntamiento de la Ciudad de México. 

Existe también por escrito la exaltación con omisiones que hizo del general Prim, conde de Reus. De nuevo, observamos que el autor es difícil de clasificar a riesgo de considerar su carrera como un camino con contradicciones, como expone Soto.

Sobre el proceso de mestizaje e independencia, Payno lo considera como un camino que trae poco a poco la civilización a estas tierras.4 

Los problemas de México son los mismos que los de otras naciones ya civilizadas. A partir de 1870, observa Soto, el autor se acerca a la corriente del evolucionismo positivista del Porfiriato. El triunfo indispensable de la Reforma sobre la Iglesia y los conservadores serían parte de esta evolución que parece seguir algunas leyes: en las sociedades siempre hay liberales, conservadores y moderados; ahí en dónde la Iglesia ha acumulado mucho poder tarde o temprano llega una Reforma; y además, en la historia de las naciones siempre hay un hombre que logra encauzar a la mayoría.5 

Soto termina su escrito diciendo que Payno, quien usó como fuentes a historiadores de la colonia, contemporáneos suyos y filósofos europeos, entre otros, existe una marca de la corriente de pensamiento llamada “providencialismo evolucionista”, tal como describimos arriba. Su fina pluma y multifacética obra nos permiten entender un siglo que reúne diversas contradicciones con singular claridad, un reflejo del mismo Payno.

1 Soto, Miguel. “Manuel Payno” en Historiografía mexicana. Vol. IV. En busca de un discurso integrador de la nación, 1848-1884, Ortega y Medina et al [coords.], UNAM, México, 2011, p. 58.
2Ibid, p. 60
3Ibid, p. 61.
4Ibid, p. 66.

5Ibid, p. 67. 

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