En
este texto resumiré muy sintéticamente las principales ideas del
capítulo “El Despotismo Ilustrado en España y las Indias”,
escrito por Carlos Martínez Shaw contenido en la obra El
impero sublevado. Monarquía y Naciones en España e Hispanoamérica
(2004).
El
Despotismo Ilustrado, dice el autor, es una variante del absolutismo
de derecho divino de la mayoría de los estados del siglo XVIII. Es
una adaptación del gobierno de Luis XIV y España lo adoptó tras la
crisis de 1600 que afectó su desarrollo económico, cultural,
educativo e institucional. Los reyes hicieron cambios para mantener
el poder, pues querían subsanar el atraso anterior. Esto fue previo
a la revolución liberal. En este momento, con el despotismo
ilustrado, se creyó en la evolución auspiciada por el poder
promovido desde las alturas de la monarquía.
Esto
empieza en España con los Borbones. Se buscan en esencia, los
siguientes objetivos: racionalización administrativa, en donde se
robusteció y centralizó el poder soberano, defensa del reino,
fomento a la economía y la difusión de la cultural ilustrada, “que
es al mismo tiempo un instrumento de legitimación y una coartada
ideológica, por mucho que al final acabe convirtiéndose en un arma
crítica contra el propio sistema”, opina Martínez Shaw. El
despotismo ilustrado español fue la continuidad de la monarquía de
los Reyes Católicos y los Austrias. Se trató de salir del marasmo
del 1600 con la llegada de la nueva dinastía. Se creyó en le
progreso técnico, en las estructuras heredadas y que la cultura
estaba ahí para apoyar el reformismo de la Corona.
Pero
al final de siglo el desarrollo económico no había podido superar
las desigualdades sociales. Sólo se mantiene a flote la balanza por
las remesas de América. Al mismo tiempo, surgen las ideas liberales
tanto en España como América española. Desde el gobierno se
crearon Secretarías de Estado, la figura del intendente, que
centralizaba las funciones de administrativas de impuestos, economía
y milicia y sanidad. Además, la Iglesia cedió parte de su poder,
aunque mantuvo relaciones regalistas, con España. El mejor ejemplo
es que la Iglesia aceptó la expulsión de los jesuitas a partir de
los deseos absolutistas de la corona (los jesuitas decían ser
obedientes al Papa, no al rey), en 1767.
En
cuanto al gasto, la mayor parte iba para el ejército y la marina, la
administración central y al final la corte. La economía fue una
mezcla entre mercantilismo y principios liberalizadores. Los granos
se manejaron por la ley de oferte y demanda. América se vio como la
vía para la recuperación económica. Se tasó con mayor rigurosidad
a los barcos. Se liberó Cádiz del dominio para barcos y se
autorizaron otros puertos para hacer comercio con América. Se
disminuyó el proteccionismo y se bajaron algunos impuestos.
En
cuanto a reformas sociales, no hubo gran avance. Los gitanos
siguieron siguiendo tratados mal, así como lo pobres, aunque a veces
se aplicaron políticas asistencialistas. La cultura sirvió para
criticar y analizar, pero siempre desde el punto de vista a favor de
la monarquía. Se crearon academias. Se facultaron expediciones
marinas desde la Corona.
¿Cuál
fue la liga entre el Despotismo Ilustrado y la Ilustración? La
modernidad, dice Martínez Shaw, la cual, en teoría decía que
protegía el interés general de la nación y los individuos. Pero la
Revolución francesa hizo aflorar los problemas del Despotismo
Ilustrados español: la sociedad de estamentos, el absolutismo y la
religión católica. Ahí se comenzó a pensar en un
constitucionalismo que rechazar la soberanía absoluta de los
monarcas y su respectivo derecho divino.
Ahora
bien, esta fue la época de esplendor del imperio ultramarino de la
Corona. Se le quitó algo de poder al Consejo de Indias y se le dio a
la secretaría de Marina e Indias. Esto tendría mayor empuje con
Felipe V y con José de Gálvez, secretario de Indias de 1775 a 1787,
durante el reinado de Carlos III. En se sentido, lo más importante
fue el marco administrativo de las colonias mediante intendencias,
siendo las Ordenanzas de 1782 y 1786 la más relevantes
(circunscripciones provinciales el interior de grandes divisiones
administrativas de virreinatos y gobernaciones). La Comandancia
General de las Provincias Internas (1786) se hizo para garantizar la
seguridad de la frontera norte de la Nuevas España. El sector de
mayor importancia fue la minería, grana, añil, palos tinteros.
Pero estos cambios también despertaron la formación del orgullos
criollo en América, en donde la sociedad estaba sumamente dividida,
en gran parte por una pigmentocracia. Se buscó la modernización en
sus propias instituciones. Hacia 1808, la crisis de la metrópoli a
partir de la invasión francesa sería la señal de insurgencia, la
cual tendría una fuerte carga nacionalista traído del sistema
liberal nacido de la Revolución francesa.
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