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Análisis Crítico de Discurso: el ASMR Visto Desde los Medios Masivos



Este trabajo analizará el artículo de divulgación Rustle, Tingle, Relax: The Compelling World of A.S.M.R., autoría de la periodista Stephanie Fairyington, publicado en Well, blog de tendencias en salud en The New York Times el 28 de julio del 2014 y replicado en la versión impresa de ese diario un día después. 

Se seleccionó ese documento por varias razones: a) Al realizar una búsqueda hemerográfica del fenómeno ASMR, el texto de Fairyington aparece constantemente como uno de los primeros en tratar el tema en medios segmentados específicos, en este caso, un apartado de salud y ciencia del diario neoyorquino llamado The Science Times

No es exagerado afirmar que el artículo dio un fuerte empuje al ASMR en cuanto a su conocimiento en la esfera pública, pues, como se dijo anteriormente, se publicó tanto en la página web de periódico como en la versión impresa. b) El texto cumple con los lineamientos generales de lo que se entiende por artículo de divulgación, es decir, un texto dirigido a una audiencia no especializada y que usa un lenguaje liso y llano para explicar un tema a profundidad. 

A diferencia de la nota o reportaje, si bien puede ser publicado en un medio masivo impreso, el artículo de divulgación no está ligado a una coyuntura temporal específica. El artículo de Fairyington cumple con esta definición.

Cabe mencionar que el ASMR, en general, se ha investigado poco, a pesar de su enorme popularidad en YouTube e internet. Existen una veintena de artículos científicos publicados del 2015 a la fecha, además de notas que solo dan una definición del mismo, pero muy pocos documentos siguen la línea intermedia que se encuentra en un artículo divulgatorio. 

Gran parte de los textos disponibles están escritos por autores de naciones industrializados y se encuentran en inglés. Algunos medios en español, como El País, han publicado textos sobre el ASMR, pero de forma noticiosa, sin mayor profundización. Dicho eso, el tema permanece alejado de los círculos académicos en español y en México no existe un solo trabajo científico al respecto, lo cual busco subsanar al finalizar mi tesis.

Análisis de Contenido

1.Tópico


Las siglas ASMR significan Autonomous Sensory Meridian Response, o en español, Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma. Si bien es un punto contencioso, para este trabajo se usará la definición de Barrat (2015):

[ASMR es] la combinación de sentimientos positivos, relajación y una particular sensación de cosquilleo en la piel, tipo estática. Dicha sensación generalmente se origina en el cuero cabelludo en respuesta a un gatillo, viaja a lo largo de la columna, y puede extenderse hacia la espalda, brazos y piernas a medida que aumenta la intensidad. El aumento de dicha intensidad puede lograrse a medida que se sienten más gatillos. (p. 11, traducción propia, así como todas las siguientes)

Establecido ese punto, cabe resaltar que el fenómeno del ASMR tuvo un aumento de volumen de búsquedas en Google a partir del 2011, de acuerdo con Google Trends, una herramienta gratuita y de fácil acceso. En ese sentido, el texto de Fairyington hace énfasis en la extrañeza del fenómeno digital pero nota, a través de entrevistas con dos creadoras de canales, que una creciente parte de los consumidores de estos videos agradece a las «ASMRtists» o «tingle-smiths» por reducir su angustia y proporcionarles cuidado personal mediado por YouTube. 

En este sentido, el tópico presentado por Fairyington es uno que entrelaza dos grandes áreas de conocimiento: salud y vida digital. La síntesis de ambos podría definirse como tecnosalud o tecnorelajación, conceptos que se encuentran en franca oposición con el tecnoestrés, es decir, la tensión provocada por situaciones agobiantes relacionadas con la tecnología que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos. O bien, como estableció el sicólogo Craig Brod en Technostress. The Human Cost of the Computer Revolution, seminal obra del tema:

Una enfermedad moderna ligada a la adaptación provocada por una carencia para enfrentar de forma saludable las nuevas tecnologías computarizadas. Esta enfermedad puede manifestarse como una lucha para aceptar la tecnología computarizada, así como por una sobreindentificación con la tecnología computarizada. 

Aquellos que tienen problemas para aceptarla sienten con frecuencia presión para usar y aceptar a las computadoras. Esta presión puede causar dolores de cabeza, pesadillas, o resistencia al aprendizaje computacional. Por otros lado, las personas que pasan horas con la computadora de forma intensa y constante, comienzan a internalizar las características de la computadora y transforman su estado mental en aquel de una máquina. 

Los síntomas de este estado incluyen un alto grado de pensamiento analítico, pobre acceso a sus sentimientos, una insistencia en eficiencia y velocidad, y falta de empatía hacia los otros. A este gente se le conoce como tecnocentrada; su deseo de conquistar al sistema se vuelve más grande que su deseo de entablar relaciones y placeres humanos. (Brod, 1984, introducción)

El artículo de Fairyington, entonces, introduce al ASMR como una solución gratuita, de fácil acceso, ante la presión de la vida moderna. El tema, además, solo ha aumentado en alcance y exposición desde su fecha de publicación hace un quinquenio.

2. Tratamiento del Tema


Como se adelantó en la sección previa, el tratamiento de Fairyington del ASMR es de extrañeza. Para familiarizar a sus lectores con el tema, y de acuerdo con un análisis de la herramienta gratuita http://textalyser.net/, publica 620 palabras en su texto, en donde 479 fueron distintas. De acuerdo con esa misma herramienta, la densidad léxica fue de 77.3% sobre 100, pero guardó una legibilidad de 6.9 puntos sobre el índice Gunning-Fog, en donde 6 significa que un texto es muy fácil de leer y 20 muy difícil. 

En este sentido, el promedio de sílabas por palabra fue de 1.75 y se contabilizaron 113 enunciados. El promedio de longitud de cada oración fue de 9.87 palabras, siendo el máximo del artículo 53. Dicho eso, ¿cuáles fueron las cinco palabras más repetidas en el texto? «ASMR», con una frecuencia de 15, «videos» (9), «sensation» (6), «response» (5) y «music» (4). La expresión más usada fue «ASMR videos» (18). Pero además, el texto impreso fue acompañado de dos fotografías en blanco y negro en la parte superior de la página en donde fue publicado (E38). 

La versión digital, por su cuenta, incluyó un video dos minutos en donde se sintetizan los aspectos más representativos de los videos del ASMR en YouTube, tales como susurros, golpeteos sobre cajas de madera, y movimientos de hojas secas colocadas en una caja. En el video aparecen dos protagonistas de dos canales de video de ASMR que tienen gran popularidad en YouTube y dentro de la misma comunidad digital en sí. Las dos mujeres fueron entrevistadas para el trabajo, lo cual se detallará en la siguiente sección. 

Además del apoyo audiovisual, esta segunda versión incluyó once hipervínculos a información relacionada con el ASMR para que el lector y, a la fecha, cuenta con 137 comentarios. En síntesis, la versión del sitio web en The New York Timesofrece una mejor compresión del fenómeno digital del ASMR que la impresa, pues es en el mundo de los bits en donde el tema puede ser profundizado con mayor riqueza. Adicionalmente, ese diario ha publicado cinco artículos que detallan tema entre julio 2014 y abril 2019, en orden cronológico: el referido en este análisis, The Tingle Makers, Open for Business, Can’t Sleep? Let Bob Ross Help You Find Some Happy Little Zzzs, A.S.M.R. Videos Give People the Tingles (No, Not That Way) y How A.S.M.R. Became a Sensation.

En cuanto al tono con el cual Fairyington maneja la explicación del ASMR se debe mencionar que es una mezcla de redacción interpersonal y objetiva, científica. La autora utiliza la primera persona en siete de los 17 párrafos del escrito, empezando el mismo con una anécdota sobre su primera experiencia del ASMR y cómo éste le ayudó para tratar sus problemas de insomnio. 

Este técnica logra atrapar al lector porque enfatiza la cotidianidad del fenómeno que, al ser mencionado en uno de los diarios más citados del mundo, brinda al mismo mayor peso relativo a los diarios de circulación local. Seguidamente, la autora ofrece su propia descripción del ASMR, no sin antes especificar que a la fecha de publicación de su artículo ya circulaban 2.6 millones de videos del género:

«[El fenómeno del ASMR] fue diseñado para evocar una sensación de cosquilleo que viaja del cuero cabelludo a otras partes del cuerpo en respuesta a una estimulación auditiva, olfatoria o visual». 

Inmediatamente después, enlista los gatillos más populares del ASMR: susurros, rasguños, realizar acciones repetitivas y mundanas como doblar toallas o juegos de rol. Además, la autora subraya que muchos de los videos son largos, generalmente de unos 30 minutos de duración. Tras establecer esos hechos, Fairyington usa a dos de sus voces expertas para separar el ASMR de la pornografía: escribe que si bien las mujeres que aparecen en los videos ASMR generalmente reciben ofertas para grabar videos soeces, ellas sienten satisfacción en su trabajo al saber que con sus videos de YouTube tranquilizan a miles de personas todos los días. Hacia la segunda parte del texto, la autora inserta tres evaluaciones de expertos del ASMR, detalladas abajo.

3. Actores


El primer actor del texto analizado en este trabajo es el mismo medio en sí en donde apareció publicado. Como se mencionó arriba, cuando un tema se publica en The New York Times se considera relevante, más aún cuando el tratamiento y el despliegue gráfico del mismo cumple con los estándares de artículo divulgatorio para atraer a la mayor cantidad de audiencia posible (texto claro más apoyos audiovisuales). 

El periódico refuerza la valía social del ASMR como un elemento consumido y generado a partir del despliegue de la fibra óptica que permitió altas velocidades de transmisión de datos, lo que posibilitó la explosión de YouTube, inseparable del negocio de los susurros como lo conocemos en la actualidad. Pero el mismo avance tecnológico produjo lo que Postman denomina la «apuesta faústica», es decir, que ninguna tecnología es inocente pues cada una incluye sus propias reglas de operación, lo que a su vez modifica comportamientos sociales. 

En consecuencia, al hacerse normal la propagación de datos también se desencadenó el tecnoestrés. La propia Fairyington, autora del artículo, comienza su pieza alabando las virtudes del ASMR como una solución contra el insomnio de la vida moderna al sentir el ASMR a la mitad de un ruidoso tren de Manhattan, en donde las «burbujas carbonatadas» en su nuca la llevaron al borde de una «dulce somnolencia». En efecto, la autora es un actor más de este texto, pues a diferencia de otros trabajos de divulgación con un talante más clínico, Fairyington no rechaza la descripción intersubjetiva del ASMR. 

También debe notarse que, al igual que muchas de las principales impulsoras del fenómeno, la escritora es una mujer joven, lo que aporta un elemento adicional de validez a la sensación de placer femenino desligado del paradigma sexual occidental, en donde el hombre juega un papel central. En este sentido, como menciona Waldron (2017), el ASMR puede verse como una nueva forma de sexualidad que se revela en un proceso de intimidad mediada a través de la infraestructura tecnológica aceptada por el mainstream y que debe comprenderse más allá de lo puramente genital. 

De regreso a los actores, Fairyington inserta a Heather Feather y Gentle Whispering, dos de las «ASMRtists» más populares de YouTube, para validar su trabajo. Si bien no las cita textualmente, afirma que ambas le respondieron que reciben todos los días cientos de mensajes de agradecimiento de personas que tenían problemas de ansiedad, insomnio y melancolía antes de conocer sus videos. Las «ASMRtists» son, entonces, una especie de terapeutas digitales que combaten el tecnoestrés de la vida ultra urbanizada. 

Para ellas, actores centrales del texto, la cámara es su mejor amiga, como relató Maria, del canal Gentle Whispering, a una investigadora en The Washington Post en otro artículo de divulgación publicado poco después del analizado aquí: «la mayor parte del tiempo, cuando veo a la cámara, trato de pensar que esta es mi amiga...mi familia» (Gibson, 2014). 

Finalmente, Fairyington introduce tres voces expertas para enfatizar la cientificidad del estudio del ASMR: Carl W. Bazil, un especialista en desórdenes del sueño de Columbia University, Bryson Lochte, un investigador del National Institute on Drug Abuse, y Robert J. Zatorre, neurocientífico del Montreal Neurological Institute and Hospital at McGill University. Estas tres personajes juegan un rol secundario en el artículo, pues cada uno ofrece una versión parcial de la comprensión del ASMR. Sin embargo, su punto de vista es valioso porque recalca que el ASMR es un fenómeno complejo y reciente que vale la pena seguir investigando desde diversas ramas científicas.

Consideraciones finales


Desde la aparición del texto de Fairyington en julio del 2014 el estudio del ASMR ha avanzado de forma lenta, pero segura. Su trabajo, si bien puede considerarse puramente divulgatorio, ha adquirido valor con el paso del tiempo, pues el interés público por el mismo, así como el volumen de videos totales de esta naturaleza, ha aumentado según todos los indicadores objetivos de fácil acceso, principalmente los sistemas de búsqueda de Google, YouTube y Google Trends. 

Dicho eso, no puede soslayarse que el ASMR, si bien favorece a mujeres que, de forma artesanal, producen videos sin mayor interés que el ser conocidas y posibilitar una sensación de relajación de fácil acceso, también ha sido un producto de enorme éxito comercial para las plataformas digitales, pues permite a los grandes consorcios digitales comercializar videos de larga duración con audiencias fidelizadas a ciertas «ASMRtists». 

Para estos públicos, estas mujeres jóvenes son influencers de enorme relevancia, pues son una mezcla entre terapeutas y amigas digitales que ofrecen una mejor calidad de vida a unos cuantos clics de distancia; combaten el tecnoestrés a través de una nueva forma de mediación que combina lo declarado con aquello no visto a primera instancia: la permanencia de su público en el ambiente digital produce aún mayor tecnoestrés, pues la búsqueda de alivio del mismo se hace en el entorno que lo faculta. 

En ese sentido, las «ASMRtists» y las plataformas digitales son actores centrales y los principales interesados en mantener un negocio que resulta altamente redituable, en parte, sin duda, por los artículos de divulgación que fueron publicados al inicio del boom del fenómeno y que le dieron un aire de cientificidad a su consumo, análisis y tratamiento como nueva área de estudio seria. 

En palabras de Fairyington, hacia el final de su texto, el éxito del ASMR tal vez se deba a la «evocación de mecanismos anticipatorios que despiertan memorias de placeres pasados que anticipamos y revivimos cada vez que [los] vemos y escuchamos».

Bibliografía

Barrat, E. & Davis, N. (2015). Autonomous Sensory Meridian Response (ASMR): a Flow-Like Mental State. PeerJ, 3:e851, 1-17. DOI 10.7717/peerj.851

Brod, C. (1984). Technostress. The Human Cost of the Computer Revolution. EEUU: Basic Books.

Fairyington, S. (28 de julio del 2014). Rustle, Tingle, Relax: The Compelling World of A.S.M.R. Well, blog de tendencias en salud en The New York Times, s/p. Revisado el 4 de mayo del 2019 enhttps://well.blogs.nytimes.com/2014/07/28/rustle-tingle-relax-the-compelling-world-of-a-s-m-r/

Gibson, C. (15 de diciembre del 2014). A Whisper, Then Tingles, Then 87 Million YouTube Views: Meet the Star of ASMR. WashingtonPost.com, s/p. Revisado el 4 de mayo del 2019 en www.washingtonpost.com/lifestyle/style/a-whisper-then-tingles-then-87-million-youtube-views-meetthe-star-ofasmr/2014/12/12/0c85d54a-7b33-11e4-b821-503cc7efed9e_story.htmlutm_term=.dd4a35a37435

Waldron. E. (2017). "This FEELS SO REAL!" Sense and Sexuality in ASMR videos. First Monday (una revista científica digital de la University of Illinois at Chicago University Library), 22 (1), s/p. https://doi.org/10.5210/fm.v22i1.7282

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