En este texto abordaré los principales elementos de la introducción del libro Grown Up Digital (2009), autoría de Don Tapscott y responderé a las siguientes preguntas:
- ¿Considera válida la descripción hecha en el texto de la generación digital?
- ¿Añadiría o quitaría algún punto de análisis?
- ¿Es relevante la descripción el día de hoy?
La hipótesis central del texto establece que la generación nacida entre 1977 y 1997 se diferencia de las anteriores porque, como adelanta el título, crecieron de forma paralela a los avances del internet y lo relacionado con el mundo digital. Para el autor, este grupo puede definirse como la Net Generation.
Estas personas se encuentran “bañadas en bits”, componen la mayoría de la pirámide poblacional en Estados Unidos, China, India y algunos países de Latinoamérica y consideran a la tecnología tan natural como el “aire” que respiran. Pero además, su incursión en sociedad trae cambios considerables a las generaciones previas, en particular a los babyboomers (1946-1964), desde los hábitos de consumo hasta su forma de vivir la paternidad.
A esta nueva generación se le han hecho diversas críticas, agrega Tapscott, como ser más tontos que las jóvenes del pasado o carecer de ética laboral, sin embargo, el investigador argumenta que esos juicios son mayoritariamente falsos o anecdóticos, pues los jóvenes de la Net Generation “son más inteligentes, rápidos y tolerantes” que sus predecesores (p. 6).
De hecho, afirma Tapscott, son la primera generación global, algo que solo pudo ser posible gracias al uso continuo del internet y el cambio de hábitos en su consumo mediático, al preferir la red y la interacción sobre la pasividad de la televisión, como primó con los grupos de personas anteriores a ellos.
Finalmente, para cerrar este brevísimo resumen, el autor establece que su obra tiene como objetivo disipar los mitos alrededor de la Net Generation para que los adultos, principalmente los babyboomers, aprendan de ellos para cambiar a la sociedad y los grupos económicos dominantes reconozcan su potencial y valor.
Ocho características son esenciales de la nueva generación de jóvenes:
- Ante todo, privilegian su libertad y su libertad de elección;
- Quieren “customizar” las cosas, hacerlas suyas;
- Son colaboradores natos;
- Analizan todo y hacen un escrutinio de las personas y de las organizaciones en donde trabajan;
- Son afectos a la integridad;
- Quieren divertirse, incluso en el trabajo y en la escuela;
- Consideran que las cosas se deben resolver con rapidez, son adictos a la velocidad y
- Para ellos, la innovación es algo normal, en especial cuando se trata de ciencia y tecnología (pp. 6-7).
Como nota metodológica, cabe destacar que el libro se redactó a partir de casi 10 mil entrevistas realizadas vía cuestionarios respondidos por internet a distintos grupos generacionales de 12 países de Europa, Asia y América, además de 30 estudios etnográficos en domicilios de Net Geners. La investigación, realizada entre 2006 y 2008, tuvo apoyos por 4 millones de dólares de importantes organizaciones que se canalizaron a través de nGenera Insight, agencia que dirige el propio Tapscott. Se le considera una de las investigaciones con mayores recursos de la primera década del nuevo siglo.
Ahora bien, en vista de lo leído en las páginas introductorias del texto considero que la investigación es válida y pertinente, en su mayor parte. El libro tuvo la mala fortuna de publicarse justo cuando la Gran Recesión hacía estragos en la mayoría de los países industrializados. No he colocado fechas específicas a ese fenómeno que para algunos países empezó en 2007, pero no tuvo una fecha de término exacta en ninguno de ellos.
Puesto que la investigación fue un proyecto global con casi 10 mil cuestionarios, no tuvo tiempo de reaccionar ante los cambios que trajo la G.R. Eso no demerita su valía, pero sin duda revela una cara más bien idealizada de la generación que tuvo a Barack Obama, por ejemplo, como un referente de libertad económica y cambio social. Después de la G.R. todo cambió.
De hecho, la generación que sigue a los millenials, llamada Generación Z, se diferencia de la primera por su conservadurismo económico, lo que algunos investigadores creen que fue determinante para el vuelco neo-nacionalista que se vivió a partir del 2016 en diversas democracias. Sin duda, la G.R. marcó la infancia de la Generación Z con mayor énfasis en relación a la Net Generation, la cual tenía más puntos de anclaje para evaluar su posición en el mundo.
Por lo tanto, considero que una investigación similar post G.R., con los mismos recursos y alcances, hubiera sido vital para entender los efectos de ese episodio en los Net Geners del mundo. Creo que la polarización que estamos viendo en diversas sociedades es un reflejo de esta disonancia: aquellos de la Generación Z han hecho un “Generation Lap” con las personas que vivieron antes de los babyboomers, es decir, han logrado que las juventudes actuales de la Generación Z se identifiquen más con los padres de los babyboomers que con los babyboomers mismos, lo que ha traído esta vuelta a los nacionalismos y las “bases” primarias de cada sociedad.
El peligro es que esas ideas se han potenciado con todas las herramientas que los millenials ya habían utilizado y ahora se activan para fines conservadores, justo en oposición a las características que Tapscott enumera como activo generacional de los Net Geners.
No eliminaría ningún punto del análisis del autor. Salvo las constantes menciones que hace de los teléfonos BlackBerry, el texto sigue siendo vigente para describir a un grupo cuantioso en distintas sociedades. Puedo mencionar mi propia experiencia anecdótica (nací en 1979) para reforzar las afirmaciones del autor, aunque creo que mi experiencia con jóvenes universitarios de licenciatura es mejor.
Desde el 2009 he visto en mi salón de clases los comportamientos que describe el autor, en particular el aspecto de la colaboración y el trabajo en equipo a través de diversos canales digitales. Pero sin duda lo más interesante ha sido comprobar que, en efecto, para los millenials la tecnología es “aire”, como lo habían adelantado los ecologistas mediáticos.
Para ellos, es algo “normal”, siempre a su lado, lista para usarse. A veces me pregunto si estos jóvenes no viven en un exceso de comunicación, pero después recuerdo que la única manera de continuar con el empuje de velocidad a la que están acostumbrados es incrementando sus acciones comunicativas con aquellas personas con las que tienen relación o un interés específico.
El resultado es una adicción notoria a sus aparatos celulares, pues son los mejores dispositivos para facilitar y agilizar esa comunicación veloz.
Pienso que la descripción de los Net Geners no es válida para los jóvenes que apenas están llegando a la adultez, es decir, lo que nacieron de 1998 en adelante. Si bien comparten muchas características en cuanto a su uso irrestricto de aparatos digitales, mantienen posiciones políticas y económicas más conservadoras que los millenials, en parte por la razón explicada arriba ligada a su memoria de la G.R., pero también por la búsqueda de su propia identidad en oposición al grupo inmediato previo, es decir, los millenials.
Lo que sí es claro es que los Net Geners mantienen las características descritas por el autor, a pesar de que los más viejos de la generación ya tienen más de 40 años. Ese grupo, que ahora cuenta con un porcentaje importante de la riqueza, se ha vuelto el objetivo principal de marcas y servicios, lo que subraya la relevancia del texto de Tapscott.
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