Durante décadas he preferido escuchar
el radio en amplitud modulada.
He pasado miles de horas en el tráfico
esperando que avance el auto de enfrente,
de al lado
el que está enfrente enfrente del que
está enfrente. Lo he hecho en discusiones,
cuando hablo por teléfono y cuando
estoy de buen humor. En todos los casos con AM.
Si lo prefiero es porque odio como se
escuchan las voces en FM: metálicas,
síntéticas, filtradas, irreales. Todo
es más calido en el AM. La gente, la música, la
producción del radio en sí.
Cálido-Frío.
Sedoso-Metálico.
Artesanal-Maquinal.
Uno hizo al otro. La evolución en
bulbos, transistores , diodos.
Uno no existe sin el otro, es
impensable. Uno creó al otro, se alimentan, compiten
se odian y se aman como
tú y yo y la interferencia alrededor
de nosotros.
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