Eso que ven dibujado arriba es mi calentador de agua. Es un hijo de puta. Trato de no preocuparme por lo que no puedo controlar. Lo juro. Es una técnica que he me ha llevado décadas depurar. Mi naturaleza es controladora y tratar de controlar a alguien es la vía más directa al cadalso. Yo lo he hecho, tú lo has hecho. Todos lo que en algún momento creyeron que en su inmensa bondad e inteligencia sabían el camino correcto que debía tomar la otra persona. Hay pocas cosas que sé de la vida. Muy pocas. Esa es una de ellas. De eso estoy seguro y no he visto nada que me demuestre lo contrario. Pero aquí es donde pinto mi raya. Nadie nunca hubiera creído que un boiler de 20 litros tuviera tanta voluntad para hacer exactamente lo que quiere y en el momento peor indicado. Todos los días me meto a bañar. Prendo el agua caliente. Espero. "En cualquier minuto se activará el calentador", pienso. "Hay que estar listo". Así que me quedo al lado del agua fría que cae y cae y cae y